Cómo dormirse rápido: técnicas efectivas basadas en estudios científicos
- J. Soler

- 18 sept
- 2 Min. de lectura
Dormir bien no siempre es fácil. El estrés, los horarios irregulares o la exposición a pantallas pueden retrasar la conciliación del sueño. Las investigaciones médicas demuestran que dormir menos de siete horas por noche aumenta el riesgo de problemas de memoria, ansiedad y enfermedades cardiovasculares. Por ello, conocer técnicas sobre cómo dormirse rápido resulta clave para quienes buscan conciliar el sueño sin dificultad. Aprender a quedarse dormido rápido no solo ayuda a dormir mejor, sino que también protege tu salud y mejora tu bienestar diario.
En Zaus compartimos las técnicas más útiles, avaladas por especialistas en neurociencia y medicina del sueño, con un enfoque práctico y accesible.
1. Controlar la respiración
Diversas investigaciones muestran que regular la respiración calma el sistema nervioso y favorece la transición al sueño. Una de las técnicas más efectivas es la respiración 4-7-8:
Inhala durante cuatro segundos.
Mantén el aire siete segundos.
Exhala lentamente en ocho segundos.
Este patrón ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y prepara al cuerpo para conciliar el sueño con mayor facilidad.
2. Reducir la exposición a pantallas
La luz azul de móviles, tabletas y ordenadores inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Según la National Sleep Foundation, es recomendable evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse. Leer un libro en papel (bedtime reading) o escuchar música suave son alternativas más saludables.
3. Mantener un horario regular
Los especialistas en cronobiología coinciden en que el cuerpo necesita rutinas estables. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días refuerza los ritmos circadianos y facilita conciliar el sueño con mayor rapidez.
4. Crear un entorno adecuado
El ambiente del dormitorio influye directamente en la calidad del descanso. Investigaciones de la European Sleep Research Society recomiendan:
Mantener una temperatura fresca (entre 18 y 21 °C).
Reducir al máximo ruidos y fuentes de luz.
Dormir sobre un colchón cómodo y adaptado a las necesidades de cada persona.
5. Relajar el cuerpo y la mente
Prácticas como la meditación guiada, el estiramiento suave o la relajación muscular progresiva cuentan con respaldo científico por su capacidad para reducir el estrés. Dedicar solo diez minutos antes de dormir puede marcar una gran diferencia.
6. Hábitos que también influyen
Además de las técnicas anteriores, los especialistas en sueño recomiendan:
Realizar ejercicio físico regular, que mejora la calidad del sueño profundo.
Evitar cafeína, alcohol y comidas copiosas en las horas previas a acostarse.
Seguir rutinas de higiene del sueño, como asociar la cama únicamente con dormir y descansar, nunca con trabajo o pantallas.
Conclusión
Dormirse rápido no siempre depende de la suerte: es cuestión de aplicar hábitos respaldados por la ciencia y crear un entorno favorable para el sueño. Desde Zaus queremos ayudarte a mejorar tu descanso con consejos prácticos y con colchones de calidad que se adapten a tu estilo de vida.
Empieza esta noche aplicando una de estas técnicas y notarás la diferencia.






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